Si algo se les pide a los animadores comunitarios es que tengan un amplio conocimiento sobre nuevas tecnologías con el fin de favorecer las relaciones de comunicación entre las distintas personas de una misma comunidad, así como proporcionar un mejor nivel de vida y ampliar las posibles soluciones de problemas o necesidades.
El animador debe tener un amplio conocimiento personal para que se forme la base adecuada de cualquier relación, de esta forma le será mas fácil tratar los conflictos para resolverlos y convertirlos finalmente en una experiencia positiva para el individuo.
Las funciones motivadoras del animador comunitario deben estar basadas en el interés que suscita para el individuo algo que le preocupa, de forma que también pase a ser algo que ocupe al propio animador. Mostrar interés por estos problemas es una buena forma para conseguir una participación activa y el camino para iniciar un cambio en el tejido social y comunitario.
El animador debe cumplir también con una función educativa y formativa que le permita ampliar o completar la formación de los ciudadanos a los que está dedicando su tiempo. Otra de sus tareas es motivar a la gente que forma las comunidades para que ellos mismos inicien proyectos socioculturales en defensa de la cultura popular y de su propia historia.
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