La verdad es que tanto si estás inmerso en un proyecto laboral como si estás en búsqueda activa de un empleo merece la pena que adoptes la actitud adecuada para trabajar más y mejor. ¿Cómo puedes lograr este objetivo en un breve periodo de tiempo?
1. En primer lugar, centra toda tu atención en el presente. Es decir, no pienses en el futuro. Esta decisión es, especialmente aconsejable cuando se trata de evitar la angustia que surge ante el desempleo. Y es que, hay gente que llega a pensar que nunca llegará esa nueva oportunidad. ¿Cómo puedes mejorar tu nivel de concentración en la rutina diaria?
En primer lugar, a través del uso de una agenda. Por otro lado, vive el día a día. Así no sólo trabajarás mejor sino que también serás más feliz.
2. La calidad del tiempo de ocio también aumenta la calidad del rendimiento laboral. Y es que, tener una vida personal gratificante te ayuda a la hora de ir con más ilusión y motivación a trabajar.
3. La libertad también ayuda y mucho, a la hora de trabajar mejor. En este caso, favorecer la capacidad de trabajo de los empleados responde a una actitud por parte del jefe. ¿Cómo se consigue generar confianza y libertad? Dejando que los empleados puedan resolver sus conflictos, teniendo en cuenta sus ideas, escuchando a los trabajadores, apostando por el trabajo en equipo basado en la igualdad.
4. Aprende a tener metas objetivas y realistas para no desgastarte en metas que no son razonables en tu momento actual. Por suerte, el ser humano está en un proceso de transformación constante, por ello, como trabajador debes evolucionar por ser un mejor profesional y también, una mejor persona.
5. No tengas miedo. El miedo limita tu capacidad creativa, tu energía y tu talento. Muchos trabajadores viven con miedo de no hacerlo bien, de equivocarse, temen un posible despido laboral… Por otra parte, también aquellos que están buscando un trabajo se enfrentan a temores internos en una entrevista de trabajo a través de las dudas, la inseguridad y el pensamiento negativo. No dejes que el miedo te paralice, trabaja, apuesta por tus sueños y por aquello que de verdad deseas. Anímate a ser tú mismo en cualquier contexto.
6. Pon en práctica las habilidades sociales. Esto implica que tienes que ser una persona proactiva, que toma decisiones, también, debes tener empatía. La empatía no sólo es necesaria en caso de trabajar de cara al público sino también, para poder ser uno más entre tus compañeros de trabajo. ¿Cómo se practica la empatía? Escuchando de forma activa, dando la misma importancia a la opinión de los demás y a la propia. Relativizando, negociando y llegando a acuerdos.
7. El cansancio prolongado resta capacidad de trabajo. Por ello, no te satures de obligaciones: cursos de formación, viajes, tareas domésticas… Aprende a delegar y a pedir ayuda cuando lo necesites. El descanso permite tener más ilusión, motivación y creatividad.
8. Aprende a automotivarte sin esperar la aprobación del jefe, ni de una tercera persona. Debes premiarte con frases del tipo: “He hecho un buen trabajo”, “tengo talento”, “soy capaz de lograr esta meta”. Incluso, cuando superes un obstáculo laboral que te suponga mucho esfuerzo, puedes hacer algo más especial como salir a comer a un restaurante o hacerte un regalo. Así se alimenta la autoestima.
9. Trabaja en aquello que te guste. En caso de que durante un tiempo tengas que ocupar un puesto que te disguste, tómalo como una opción temporal pero no te conformes ni te estanques. Sigue buscando trabajo, apuesta por seguir formándote y toma la dificultad como un reto que puedes afrontar.
Imagen: Paperblog
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