Antes de abrir una empresa es necesario hacer un balance de las ventajas y de los inconvenientes. Pero además, también es muy importante realizar un estudio profundo del negocio para saber si será rentable o no la inversión que se realice. Pues bien… ¿Cuáles son las claves del éxito? En primer lugar, es fundamental ofrecer un producto de valor para el cliente. Un producto que ayude a mejorar la calidad de vida de las personas, que sea tan óptimo que no se pueda prescindir de él.
Por ejemplo, en un momento de crisis económica, muchas personas ahorran y evitan gastar un dinero en cosas innecesarias. Sin embargo, siempre existen productos que son de primera necesidad. Por tanto, en tu empresa debes buscar la diferenciación. Una diferenciación que debe darse en varios niveles.
Por una parte, en relación con los servicios ofertados y también, en relación con la atención al cliente. Por ello, cualquier trabajador de tu empresa debe formarse en el ideal de que el cliente es la razón de ser de la empresa, por tanto, la actitud que se tiene hacia él es de agradecimiento, trabajo y respeto.
Por otra parte, el éxito de una empresa implica llegar al mayor número de clientes posibles. Esto implica, por una parte, mejorar el marketing haciendo uso de los medios de publicidad tradicionales (periódicos, revistas, folletos) pero también, haciendo uso de internet. Además, si quieres tener muchos clientes, tienes que pensar que en caso de contar sólo con un local, sólo podrás obtener un número de clientes limitado. Es decir, puedes abrir más locales y crear una franquicia.
Por otra parte, hoy día, tener un negocio implica cuidar hasta los detalles más pequeños. Por ello, por ejemplo, en caso de tener una tienda de ropa, el trabajo de un decorador y un escaparatista puede ser fundamental para atraer la atención de los clientes. No olvides que estamos en la sociedad de la imagen, por tanto, una empresa también entra por los ojos.
Existen épocas que son más rentables que otras en tanto que, por ejemplo, la Navidad incita más al consumo que otras temporadas del año. Sin embargo, una empresa no se mantiene en pie únicamente por las ventas de las vacaciones de fin de año. Por tanto, es importante ser capaz de conectar con el público a lo largo de los doce meses del año.
Por otra parte, un negocio también implica hacer un recorte de gastos de forma constante. Es decir, es fundamental antes de hacer un gasto, analizar si es necesario. En caso de que se pueda prescindir de él, entonces, se puede esperar. Por ello, todos los gastos deben estar justificados y se debe tener una contabilidad mensual con un presupuesto marcado. Presupuesto del que no te debes salir.
Detrás de todo negocio existen grandes ideas. Por tanto, debes estar atento a las ideas que hay en el mercado, ser observador para aprender de los demás, pedir opinión y consejo a las personas de tu entorno. Aceptar las críticas es la mejor forma de aprender.
Detrás de todo negocio de éxito existe un buen emprendedor. Es decir, una persona constante, capaz de asumir riesgos, con capacidad de trabajar en equipo y rodearse de las personas adecuadas. Pero eso sí, en una empresa no debe haber más personas de las justas y necesarias.
Por supuesto, hacer negocio también implica estar atento a las oportunidades. Por ejemplo, ahora mismo, teniendo en cuenta que en la crisis el precio de los locales ha bajado mucho, podría ser una buena época para comprar o para alquilar un local. Un local que debe de estar situado en una zona comercial de la ciudad para llegar mejor a los clientes. Pero además, también es aconsejable tener presencia en la red a través de una página web. Ser tu propio jefe también tiene sus ventajas.
Imagen: Negocios con futuro
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